Mi obra surge inicialmente como una consecuencia de haber realizado caminatas extensas a través de distintos distritos de Lima metropolitana. Algunas de ellas convirtiéndose en derivas inconscientes sin tener conocimiento de aquel término, acumulando información después de cada interacción con los elementos que componen la ciudad: el trato con la gente, el sistema de transporte, la arquitectura urbana, la presencia y ausencia de áreas verdes, la contaminación tanto sonora como visual, las ejecuciones poco profesionales de cargos de servidores públicos como las autoridades y todas las inquietudes que surgen al ver de primera mano cómo impactan en nuestra calidad de vida.

Cada performance o intervención es distinta, sin embargo los materiales utilizados siempre van a tener un lenguaje urbano, sucio, de reciclaje y de poca practicidad. Lo que nunca varía es el cuerpo del artista que participa, el público que inevitablemente estará presente y aportará directa o indirectamente y la ciudad como el soporte. Asimismo, me gusta reivindicar a personajes históricos de Lima que voy encontrando en el camino partiendo de sus teorías como inspiración.

Como a cualquier ciudadano consciente, el interés por la historia de la ciudad surge al recorrer la misma. Y como es natural de un artista, en este nace la necesidad de hablar de problemáticas en un lenguaje simbólico y de resignificación. Es por esta razón que para saber cómo calar apropiadamente en el colectivo limeño, es necesario conocer bajo un lente sociológico las raíces de estas adversidades contra las que nos enfrentamos día a día.

En el caso de mi obra, trato de hacer un registro o una participación en la ciudad que me permita manifestar lo que siento por ella. Mi deseo de conocerla para entenderla ya se dio en mis recorridos sobre ella, ahora lo que viene a continuación es darle forma a lo digerido mediante la performance y las intervenciones